sábado, 14 de noviembre de 2009

El autodesarrollo como respuesta



Lo individual y lo organizacional


Las posibilidades que surgen del seno de cualquier organización para el desarrollo de una persona no son ilimitadas, los planes de carrera deben responder antes a requerimientos del negocio que a expectativas personales. Manejar esta tensión es tarea que cada uno tiene abordar si aspira a un genuino crecimiento profesional.

A menudo surge como una demanda la explicitación de planes de carrera en las empresas. Éstas son organismos de la sociedad destinados a proveer bienes, servicios y obtener un márgenes de rentabilidad. Esto requiere de la prosecución de fines en un ambiente complejo, con demandas en lo social, político y con exigencias del mercado. En ese sentido no es capaz de satisfacer plenamente las exigencias de desarrollo profesional para todos sus empleados. Si se lo propone, puede crear condiciones para el desarrollo humano en el marco de la actividad que realiza y en el medio social en el que actúa. En ese sentido las posibilidades de desarrollo individual deben pensarse en el marco de la relación que se da entre el sujeto y la empresa.

El desafío en esta relación reside en el contrato psicológico que cada individuo establece con la organización. El proceso de articulación entre lo organizacional y lo individual permite que los sujetos puedan consagrarse profesionalmente al tiempo que obtengan los resultados esperados por la organización. Pero ello no se logra a través de planes de capacitación pergeñados por especialistas o por gerentes. La feliz coincidencia entre la búsqueda de desarrollo y la necesidad de aplicar competencias en los procesos de trabajo se obtiene gracias al establecimiento de estrategias y objetivos por parte de la organización y a la motivación de las personas para crecer en el marco de los desafíos que se dan en cada momento particular.

En las sociedades modernas, el desarrollo individual no depende sólo de las empresas, se modela por diversas instituciones como la familia, la escuela, los medios de comunicación, las organizaciones políticas y sociales.

Las motivaciones individuales pueden hallar sustento en diversos valores que los individuos consideran: mientras que para algunos puede ser importante el dinero, otros privilegian el prestigio basado en el conocimiento, otros en el status.

En el plano individual, el desarrollo no puede ser provisto desde afuera, reside en las motivaciones del sujeto. En este sentido, todo desarrollo es auto-desarrollo, nadie salvo uno mismo puede comprender los desafíos y tomar la iniciativa para mejorar-se.

En esta compleja relación los responsables del desarrollo organizacional fijan sus objetivos, en tanto que es responsabilidad de cada uno proyectarse en su camino. La clave reside en identificar si lo que se hace y requiere para el futuro en la organización puede brindar oportunidades para el desarrollo de talentos propios.

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